El país debe afianzar sus exportaciones no petroleras
para compensar en algo la caída de los precios internacionales de crudo.
El sector atunero, que entrega a la balanza comercial
un total de USD 1 000, no atraviesa un buen momento. Un reportaje minucioso de
Líderes, revista de Diario EL COMERCIO, es claro. El atún ecuatoriano pierde
competitividad. El mercado europeo copa el 55% de nuestras exportaciones
atuneras pero el Sistema de Preferencias Plus beneficia ahora a Filipinas que
va ganando espacio en Europa frente al producto nacional.
La razón: los
controles a los que se somete Ecuador y el nivel salarial más alto de aquel que
rige en varios países asiáticos, así como las mejores condiciones de nuestros
trabajadores pesqueros, según empresarios y dirigentes del sector. Por eso es
que se debe poner en vigencia cuanto antes los acuerdos de febrero para
potenciar el Drawback y otras medidas que mejoren las condiciones de los
exportadores nacionales. Muchos pescadores de nuestras costas, especialmente de
Manta, son proveedores a su vez de las grandes empresas atuneras nacionales y
una baja como la experimentada afecta las plazas de trabajo.
La tonelada de
atún ha bajado de USD 2 400 a USD 800. Es importante atender rápido a esta
alarma que se prende. Del mismo modo una política de Estado clara debe agilitar
el Drawkback para otras exportaciones y abrir nuevos mercados para mariscos,
frutas, flores y otros productos a fin de paliar los impactos evidentes de la
caída del petróleo.
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